Santo y Poderoso es nuestro Dios

28 de marzo de 2017

Éxodo 7.13

«Y el corazón de Faraón se endureció, y no los escuchó, como Jehová lo había dicho.» 

Moisés y Aarón son investidos de gran poder y autoridad para ir a Faraón.  En ese momento les fue necesario mostrar las señales de la deidad que les envió.  No olvidemos que Jehová mismo había dicho que demostraría Su poder triunfante sobre el mal que agobiaba a Israel.  Hay una relación íntima entre la poderosa Palabra de Dios y el portentoso milagro de Dios.  Cuando Faraón llamó a los hechiceros, estos convirtieron sus varas en serpientes para hacer algo similar a la vara de Aarón.  Nunca los encantamientos del enemigo podrán igualar el poder manifiesto de Jehová.

La vara de Aarón convertida en serpiente devoró las serpientes de Faraón.  El milagro anunciaba el desenlace final de esta historia, Dios cumpliría la promesa con Su pueblo y Su voluntad prevalecería ante las fuerzas del enemigo.  El milagro ante Faraón no era para entretener o satisfacer su incredulidad; era para que no le quedara duda que la liberación de Israel sería obrada por la autoridad del Gran Yo Soy.  Sin embargo, a pesar del milagro, el corazón de Faraón se endureció, y no los escuchó, como Jehová lo había dicho.

Hoy, más que nunca, es necesario declarar la libertad que Dios nos ofrece a través de Su Hijo, Jesucristo.  Son grandes las luchas que se liberan todos los días frente al enemigo de las almas.  Hoy, vemos como sus encantamientos transforman varas en serpientes, vida en muerte, luz en oscuridad, gracia en vergüenza, fe en temor, gozo en tristeza y esperanza en desaliento.  Hasta cuándo dejaremos que estas cosas endurezcan nuestro corazón.  Acaso no hemos escuchado que el Dios eterno es Jehová, el cual creó los confines de la tierra, no desfallece, ni se fatiga con cansancio y Su entendimiento no hay quien lo alcance.  «Santo y Poderoso es nuestro Dios», vuelvo y repito, «Santo y Poderoso es nuestro Dios», Él reina con poder para cambiar la oscuridad en luz, la vergüenza en gracia, el temor en fe, la tristeza en gozo y la desesperanza en esperanza.  ¿Estás listo para presenciar un milagro?  Muévete, hay almas que libertar, hay sueños que restaurar, es tiempo de hacer el Reino de Dios manifiesto en la tierra.

Oración:

Buen Dios, gracias por usarnos como instrumentos Tuyos y depositar Tu confianza en nosotros.  Creemos que eres un Dios «Santo y Poderoso», y Te pedimos que nos des las fuerzas para combatir las fuerzas del enemigo con audacia, poder, amor y gracia.  Tenemos un evangelio que predicar y un Reino de Dios que establecer aquí en la tierra.  Es en el Nombre de Tu Hijo, Jesucristo, que esperamos por ese gran avivamiento.  Amén.

Autor: Rvdo. Luis F. Ramos