Perfume de gran valor

11 de julio de 2016

Juan 11.45–12.11

“Entonces María tomó una libra de perfume de nardo puro, de mucho precio, y ungió los pies de Jesús y los secó con sus cabellos; y la casa se llenó del olor del perfume” (Juan 12.3).

Me gustan los perfumes.  Disfruto mucho oler fragancias nuevas cuando voy de tiendas.  Los expertos en fragancias dicen que cuando se va a comprar un perfume, hay que verificar la concentración.  Hay colonias, agua de tocador, agua de perfume y el perfume concentrado.  Mientras más concentrado es el perfume, más pequeño es el envase y más costoso.

Cuando la Palabra de Dios nos dice que María tomó una libra de perfume de nardo puro, de mucho precio, y ungió los pies de Jesús, vemos que no era cualquier perfume.  No usó agua de colonia.  Había escogido lo más preciado para ungir los pies de Jesús.  Para algunos, usar el buen perfume para ungir los pies de una persona es un desperdicio.  Pero, para María, derramar ese perfume era la mejor ofrenda que podía entregarle al Maestro que daría Su vida por ella.

A veces nos encontramos escatimando el tiempo, los talentos y tesoros que Dios nos da.  Pensamos que somos los dueños y le damos a Dios migajas de lo que le pertenece a Él.  Sabemos que somos de gran estima para Dios.  Somos hechura suya, como dice Su Palabra.  Nuestra vida debe ser la mejor ofrenda que podamos darle.  Seamos perfume de gran valor a los pies de Jesús.

Oración

Dios nuestro, queremos entregarte nuestras vidas como el perfume más preciado.  Queremos postrarnos a Tus pies con todo lo que somos y tenemos.  Recibe nuestra adoración, mediante nuestra consagración a Ti.  Queremos que nuestras vidas, familias y país experimenten la fragancia agradable de Tu presencia.  Lo pedimos en el nombre poderoso de Jesús.  Amén.

Autor: Rvda. Geritza Olivella