¡No improvises, planifica!

20 de agosto de 2017

1 Crónicas 21.28- 24.31

 

«Y dijo David: “Aquí estará la casa de Jehová Dios, y aquí el altar del holocausto para Israel”…  David se decía: “Salomón, mi hijo, es muchacho y de tierna edad, y la Casa que se ha de edificar a Jehová ha de ser magnífica por su excelencia, para renombre y honra suya en todas las tierras; ahora, pues, yo haré los preparativos necesarios”.  E hizo David grandes preparativos antes de su muerte».  1 Cr 22.1 y 5 RV95

 

Los proyectos importantes no se improvisan, requieren de planificación y los recursos adecuados para llevarlos a cabo.  El templo se construiría en el Monte Moria en Jerusalén (en la era de Ornán el jebuseo), lugar donde el Señor se apareció a David y que, en obediencia a Dios, ofreció holocaustos y ofrendas de paz.  Todo para que cesara la mortandad del pueblo de Israel (1Cr 21.18-27).

El Señor le ha dicho a David que él no construirá el templo, pues sus manos estaban manchadas de sangre, lo haría su hijo.  Como Salomón era pequeño, David se da a la tarea de crear las condiciones necesarias para la construcción de la casa del Señor.  Consigue materiales, busca los artesanos y constructores, organiza los sacerdotes para las diversas tareas del santuario.  Deja todo escrito, habla con el liderato de Israel para que apoyen y orienta a Salomón del proyecto pidiéndole que se mantenga fiel al Señor.  Todo fue planificado conforme a lo dado por Dios para que, en Su tiempo, se construyera la casa del Señor.

Cuando tenemos proyectos importantes en la vida ¿improvisamos o nos preparamos para llevarlos a cabo conforme a la voluntad del Señor?  El proyecto puede ser: el inicio de un noviazgo, estudios, un matrimonio, criar hijos, cuidar un familiar enfermo, un ministerio al que hemos sido llamados, la construcción de una casa o de un templo, la misma vida nuestra… en fin, puede variar para cada uno de nosotros.  Dios nos llama a no improvisar sino a prepararnos para llevarlo a cabo: orando para conocer Su voluntad, capacitándonos, buscando los recursos que sean necesarios (de personas, materiales), entre otros.  Cuando así hacemos el Señor nos acompañará y ayudará a que el proyecto se lleve a cabo adecuadamente y para Su gloria.

 

Oración

Dios y Padre bueno, Tú creaste el mundo, enviaste a Tu Hijo para salvar a la humanidad y dar vida nueva, Tú no improvisas.  Tú conoces todas las cosas. Presentamos nuestros proyectos de vida ante Ti.  Danos sabiduría, entendimiento y guíanos para conocer, planificar y prepáranos para los mismos y a través de todo, honrarte.  Por Jesucristo.  Amén.