Mayordomos de la creación

25 de mayo de 2017

Deuteronomio 20-22

Cuando sities a alguna ciudad, peleando contra ella muchos días para tomarla, no destruirás sus árboles metiendo hacha en ellos, porque de ellos podrás comer; y no los talarás, porque el árbol del campo no es hombre para venir contra ti en el sitio. Mas el árbol que sepas que no lleva fruto, podrás destruirlo y talarlo, para construir baluarte contra la ciudad que te hace la guerra, hasta sojuzgarla. Deuteronomio 20.19-20

Los ejércitos paganos tenían la costumbre de cortar todos los arboles de las ciudades que ellos sitiaban. La razón de esto era eliminar la fuente de alimento del pueblo y así devastar la ciudad en gran manera. Este capítulo nos presenta las ordenanzas referentes al proceder con las ciudades conquistadas por los Israelitas. A Israel se le ordena que en el asedio de las ciudades no se destruyan los árboles frutales ya que estos árboles eran necesarios para la vida humana. El modelo divino siempre considera la preservación de la vida y del alimento necesario para ella. Destruir los recursos naturales de la tierra prometida era destruir la herencia que Jehová había dado a Israel y esta orden le pone límites a la destrucción caprichosa de los recursos.

Hoy somos testigos de cómo hemos arrasado la tierra de manera indiscriminada. Es una práctica que no tiene sentido y no guarda relación con el mandato que Dios nos da de cuidar su creación. ¿por qué hemos de destruir el recurso que sostiene la vida? Es necesario que entendamos que no está permitido sembrar desolación donde estamos llamados a sembrar alegría . El fruto de la desolación es muerte, desesperanza y hambre. El fruto de la alegría es vida, esperanza y abundancia. Seamos buenos mayordomos de la Creación de Dios y cuidemos de los recursos que sostienen nuestra vida.

Oración

Buen Dios, solo te pedimos que nos ayudes a ser agentes de cambios en este mundo, donde vemos como se destruyen y se malgastan los recursos naturales. Ayúdanos a crear conciencia de la importancia de ser buenos mayordomos de la creación. Danos la voluntad y la sabiduría para conservarlos y así garantizar un futuro mejor a las futuras generaciones.  Te lo pedimos en el nombre de Jesús.