Madurez

17 de junio de 2017

Jueces 13-15

«Al oír esto, vinieron tres mil hombres de Judá a la cueva de la peña de Etam y dijeron a Sansón: ¿No sabes que los filisteos dominan sobre nosotros?  ¿Por qué nos has hecho esto?  Él les respondió: Yo les he hecho como ellos me hicieron».  Jueces 15.11-12 (DHH)

Nuevamente Dios en Su misericordia acompaña al pueblo en medio de su opresión con un nuevo juez.  Lo hace levantando otro caudillo en Israel de la tribu de Dan.  Sansón, nacido de una mujer estéril y como producto de un milagro de Dios.  Este ayudará al pueblo oprimido por los filisteos durante 40 años, Sansón gobernará por 20 años.  Sería un hombre fuerte cada vez que el Espíritu de Jehová viniera sobre él.  Al leer toda su historia vemos que a pesar de ser un hombre físicamente fuerte y que conocía de Jehová, también fue un hombre inmaduro, impulsivo y egoísta.  Esto se observa cuando en unos momentos dados no mide como sus acciones afectan al pueblo, trayendo temor de sus enemigos, y a raíz de ello, su propia gente lo entrega a los filisteos.

La Palabra del Señor nos muestra historias que nos ayudan a ver las fortalezas y las debilidades de los seres humanos, todo con el fin de aprender de ellas y no imitar lo incorrecto.  Aprendemos de la historia de Sansón que debemos tener dominio propio de nuestras decisiones y evaluar como estas afectan a los demás.  Debemos reconocer qué nos mueve en nuestras decisiones, por ejemplo, ¿hacemos las cosas por venganza, inmadurez y el pobre manejo de las emociones? o ¿tomamos decisiones pensadas, en oración y buscando cuál es la voluntad de Dios para el bien de todos?  Recordemos que la verdadera fortaleza del ser humano se fundamenta en hacer la voluntad y serle fiel a Dios.

Oración

Padre eterno, Dios de nuestras vidas, gracias por hacernos con emociones ya que ellas nos mueven a tener compasión, afecto, ser solidarios, hacer justicia, acompañar y cuidar.  Guárdanos de aquellas que nos separan de Ti cuando nos dejamos dominar (ira, egoísmos, venganza).  Danos un bautismo de Tu amor y de dominio propio.  En el nombre de nuestro modelo, Jesucristo.  Amén.