Llamados a reconciliar

 

18 Y todo esto proviene de Dios, quien nos reconcilió consigo mismo por Cristo, y nos dio el ministerio de la reconciliación; (2 Corintios 5.18 RVR60).

Muy amados en el Señor, en días recientes se ha manifestado un tranque entre la Junta deSupervisión Fiscal y el gobierno electo del pueblo de Puerto Rico, agravando aún más una crisis que puede atropellar a los más vulnerables de nuestra sociedad. Ante ello, como Iglesia, estamos buscando ser puente de diálogo entre las partes, con el fin de buscar las alternativas que mejor sirvan al pueblo de Puerto Rico.

La naturaleza de nuestra Iglesia siempre ha sido la de reconciliar, entablar puentes de diálogo y la búsqueda de la unidad. Para alcanzar esa meta que nos define, queremos presentarnos ante el país como promotores del diálogo que abre puertas de esperanza en la búsqueda de alternativas viables ante nuestra frágil situación. Por ello, proponemos lo siguiente a los miembros de toda nuestraIglesia, recordando que hay buenos puertorriqueños y miembros de nuestras congregaciones en todos los partidos políticos; que tenemos miembros que serán afectados si se suspenden o reducen las pensiones, al igual que ya tenemos miembros que han perdido los ahorros de su vida porque el gobierno no paga sus compromisos; que tenemos miembros de nuestras congregaciones que han de marchar este primero de mayo, y tenemos miembros de nuestras congregaciones que son parte de la fuerza policiaca de este país. Desde el lugar dónde estemos, podemos y debemos ser reconciliadores y facilitadores del diálogo que alcanza consensos y soluciones. Por ello, nuestro llamado a todos los que vivimos sobre esta tierra borincana, especialmente a los miembros de nuestras congregaciones y al país es:

  1. Que reine el respeto y la tolerancia necesaria para la sana convivencia y la paz. El derecho a ser escuchados y la necesidad de escuchar con respeto, son fundamentales para alcanzar la justicia que anhelamos.
  2. Pedimos al gobierno que abra las puertas a una participación y a diálogos ciudadanos que ahora son más necesarios que nunca. No queremos que la frustración del momento se degenere en violencia y en desintegración social. Que de ninguna manera se provoquen actos que puedan polarizar más a los que aquí vivimos.
  3.  Pedimos a la Junta de Supervisión Fiscal que se abra a un diálogo y al consenso. La imposición de medidas insensibles al dolor del pueblo no alcanzará levantar la economía, por el contrario, hará que la crisis fiscal se agudice.
  4. Pedimos a todos los que se han de expresar en las diversas marchas y actividades del día primero de mayo, que lo hagan respetando los derechos de los demás y de forma tal que los mensajes lleguen claros y no sean empañados por actos de violencia. Pedimos a la Policía y al Gobierno que sean pacientes y tolerantes a la hora de escuchar.
  5.  Hacemos un llamado al Cuerpo Ministerial al pastoreo de todas las partes en el conflicto, que seamos facilitadores del diálogo desde los lugares donde el Señor nos ha ubicado. Para lograrlo, hemos pospuesto la reunión del Gabinete para una fecha posterior, para que estemos disponibles para cumplir con nuestro ministerio de reconciliación.
  6. Hacemos un llamado a todas nuestras congregaciones para que separen un espacio en el culto de este próximo domingo para orar por todos los que vayan a participar de los eventos del 1 ro de mayo y por los miembros del gobierno y la policía que han de velar por los derechos de todos los ciudadanos.

 

¡Así nos ayude el Señor!