«Inmutable es Él»

11 de enero de 2017

Hebreos 13

«Jesucristo es el mismo ayer, hoy, y por los siglos». Hebreos 13.8 (RVR1960)

 

Desde el inicio de su exhortación, el autor de Hebreos es puntual al hablar de Jesucristo. ¡Dios habla! Y lo ha hecho muchas veces y de muchas maneras. Y «en estos postreros días nos ha hablado por el Hijo». Quien, entre otras cosas, «siendo el resplandor de su gloria, y la imagen misma de su sustancia, y quien sustenta todas las cosas con la palabra de su poder, habiendo efectuado la purificación de nuestros pecados por medio de sí mismo, se sentó a la diestra de la Majestad en las alturas». En esas alturas, Esteban, lleno del Espíritu Santo, fijó su mirada y vio la gloria de Dios, y a Jesús que estaba a la diestra de Dios.

Jesucristo, encarnación de Dios o Jesucristo a la diestra de la Majestad, afirman al Emanuel, Dios con nosotros. El que está en y entre nosotros ¡vive en la eternidad! «Yo soy el Alfa y la Omega, el principio y el fin, el primero y el último». Todo este misterio revela el amor de Dios en Su hijo Jesucristo, Quien, ante la incertidumbre de los tiempos y el porvenir, nos llama a confianza, ofreciéndonos la certeza de Su testimonio eterno de que es el mismo, ayer, hoy, y por los siglos. Él siempre viene a nuestro encuentro, viene a nuestra salvación.

Esa garantía del Dios inmutable, afirma que el proyecto del Señor subsiste siempre, sus planes prosiguen a lo largo de los siglos. Nos convoca a ser luz en medio de las tinieblas, a predicar el año agradable del Señor. A ser perseverantes y constantes en nuestro servicio y solidaridad con aquellos que sufren. Ante los tiempos difíciles, miremos al cielo desde la tierra. «Reconoced que él es Dios». Que como dice Su Palabra: «antes que naciesen los montes y formases la tierra y el mundo, desde el siglo y hasta el siglo, tú eres Dios».

 

Oración

«Examíname, oh Dios, y conoce mi corazón; pruébame y conoce mis pensamientos; y ve si hay camino de perversidad, y guíame en el camino eterno. En el nombre de Aquel que es Camino, Verdad y Vida. Jesucristo el Señor. ¡Amén!

Autor: David Cortés