¡Hacia adelante! Movidos por Su palabra

7 de noviembre de 2017

Salmo 119.48-115

«Lámpara es a mis pies tu palabra, y lumbrera a mi camino».

Salmo 119.105 (RVR1960)

 

Alguien dijo en una ocasión que las decisiones importantes en la vida no se toman bajo un estado de marcado optimismo, y de igual manera, de marcado pesimismo. Las decisiones importantes en la vida siempre deben de ser, en todo lo que está a nuestro alcance, hijas de la reflexión. 

Igual debe ser al momento de articular alguna palabra. Cada una de nuestras expresiones debe estar vinculada a nuestra experiencia, al hecho concreto que se dibuja de día en día. Con referencias de rima que nosotros entonamos en canción, la literatura sapiencial en pensamiento del salmista, nos regala una referencia puntual de una fe robusta sobre las bondades de la Palabra de Dios para todo aquel que la hace suya. 

Lámpara a mis pies y lumbrera a mi camino. ¡Esa es la Palabra de Dios! En precisión de palabras el salmista logra cautivar nuestra atención con una imagen que llama a la acción y al movimiento seguro de nuestros pasos a través del camino. 

En estos días que han marcado nuestra historia, la ausencia de la energía eléctrica ha sido tema constante. Desde la vela, el quinqué, la linterna, el celular, los «inverters», y hasta los generadores eléctricos, nos hemos invertido en esfuerzo con tal de hacernos de alguno con el propósito de alumbrar nuestros pasos y camino. 

La oscuridad limita nuestra acción y movimiento al punto de llegar a neutralizarnos. Por otro lado, hay quienes se aventuran en la oscuridad y se exponen a toda inseguridad de riesgos. El salmista no habla por hablar. Él ha descubierto aquello que nos comparte: En la inseguridad de la oscuridad, Dios se obsequia en Su palabra para llevarnos seguros hacia adelante. 

En el principio, entre el desorden y el vacío, las tinieblas estaban sobre la faz del abismo. En medio de tal realidad lo primero que Dios dijo fue: «Sea la luz, y fue la luz». Así también el evangelio de Juan hace hincapié sobre el valor de la luz en relación a las tinieblas. «La luz sobre las tinieblas resplandece» y añade «Aquella luz verdadera, que alumbra a todo ser humano, venía a este mundo». Jesús mismo se reveló diciendo: «Yo soy la luz del mundo; el que me sigue, no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida». No es tiempo de aventurarnos en la oscuridad de nuestra opinión. Caminemos juntos con paso seguro en pos de Su voluntad asidos de Aquel que es la Palabra de Vida. 

Oración

Señor, no queremos permanecer inherentes en la oscuridad. Espíritu Santo, guía nuestros pasos. Jesús, tú eres el Camino. En el nombre de Aquel que es Palabra de Vida. Jesucristo el Señor. Amén.