“En pesebre o en Egipto; estoy confiado, Señor en ti”

9 de diciembre de 2016

2 Tesalonicenses 2

 

“Dios nuestro Padre es bueno; por eso nos ha amado, y nos ha dado el consuelo eterno y la seguridad de que seremos salvos. A él y a nuestro Señor Jesucristo les pido que les den ánimo y fuerzas, para que siempre digan y hagan lo bueno”. 2 Tesalonicenses 2.16-17

Ante la falta de espacio en el mesón, Dios hace provisión en el pesebre. La alabanza de las huestes celestiales que da “Gloria a Dios en las alturas” y anuncia “en la tierra paz”, no desconoce la obra de maldad que no cesa. El niño Dios sale en brazos de sus padres de la Casa del pan, a la provisión de seguridad, en tierras de Egipto. 

El apóstol atiende el ambiente de confusión en medio de la comunidad de fe. Explica y vuelve a explicar para desenredar lo que había sido compartido con claridad. La gran noticia es que el plan de Dios se cumplirá. El Señor Jesús volverá “con todo su poder y su gloria, destruirá con el soplo de su boca al hombre malvado, y le quitará su poder”. ¡Aleluya!

Hemos sido separados para Dios por el poder de su Espíritu. Hemos hecho nuestra la buena noticia. Dios nos hace partícipes de su poder y de la gloria de nuestro Señor Jesucristo. A esa verdad, con humildad decimos ¡Amén!, y asumimos con responsabilidad el alcance de lo que ello implica en favor de los demás. 

En medio de la espera y de aquellas cosas que se escapan a la comprensión humana, Dios a través del apóstol Pablo, nos llama e invita a confiar. “Por eso hermanos míos, sigan confiando en Dios, y no se olviden de las enseñanzas”. “Dios es nuestro padre bueno”. En Él estamos seguros indistintamente estemos en pesebre, en vez de mesón, o en Egipto, en vez de Belén. No importa donde estemos, pidamos a Dios ánimo y fuerzas, para que siempre digamos y hagamos su voluntad, “digan y hagan lo bueno”. 
Oración

“Estoy confiando, Señor en ti. Tu eres fiel, Señor, tan fiel a mí. Nunca me has dejado, aunque débil soy. Estoy confiando, Señor en ti”. Ayúdanos Señor a vivir en el descanso de tu paz y así vivir en servicio a los demás. En el nombre de Aquel que es Camino, Verdad y Vida. Jesucristo el Señor, ¡Amén!

Autor: David Cortés