Él nos abraza

15 de julio de 2016

Juan 14

“La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da.  No se turbe vuestro corazón ni tenga miedo” (Juan 14.27).

Recuerdo la vez que viajé a Israel. Viajaba sola. Cuando me senté en el avión me asusté porque, aunque no era mi primer viaje sola, iba a un lugar desconocido y no entendía el idioma. En esa experiencia multicultural extrañaba la comida puertorriqueña y mi casa, pero lo más que extrañaba era sentir un abrazo. En medio de desconocidos, nadie se abrazaba, solo se intercambiaban palabras de saludo.

Fue en esa experiencia que comprendí el acompañamiento de Dios y de Su Espíritu Santo.  Esta promesa que se encuentra en Juan 14, se hizo real en mi vida.  Sentí la paz del Señor.  Sentí que el Señor me abrazaba cada día con sus cuidados, misericordias y bondad.  Su presencia me abrazó.

¿Qué te roba la paz o te provoca ansiedad?  ¿El trabajo?  ¿Problemas en el matrimonio?  ¿Problemas económicos?  ¿Enfermedad o muerte?

No importa cuán angustiado esté tu corazón, el Señor quiere regalarte de Su paz mediante Su Espíritu Santo, el Consolador.  No importa cuántas veces hayas intentado resolver tus problemas con los ofrecimientos vacíos y engañosos que nos propone el mundo.  El Señor nos da Su paz.  Disipemos nuestros miedos y confiemos en que el Señor nos abraza y nos obsequia Su paz.

Su Espíritu Santo se manifiesta para recordarnos esas hermosas promesas del Señor y para enseñarnos el camino.  Confiemos en que nuestro Defensor, el Espíritu de la Verdad estará siempre con nosotros.

Oración

Dios que nos acompañas.  Gracias por Tu Espíritu Santo, nuestro Consolador y Defensor.  Gracias porque cuando atravesamos momentos de angustia, tristeza, soledad o tormenta, Tú nos obsequias Tu paz.  Ayúdanos a sentir Tu compañía en cada instante.  A Ti entregamos nuestras preocupaciones y miedos.  Queremos ser portadores de Tu paz.  Lo pedimos en el nombre de Jesús.  Amén.

Autor: Rvda. Geritza Olivella