Y2K

Y2K

“Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo.” Juan 16.33

Es posible que las siglas Y2K traigan a tu memoria un momento en nuestra historia en el 1999 en el cual se anticipaba un desastre catastrófico. En muchos lugares se anunciaba desde el colapso económico hasta el fin del mundo debido a la programación de sistemas de computadora. Visto desde el 2017 le podíamos llamar la «Crónicas de una catástrofe anunciada y jamás sucedida». Cada cierre de año y el inicio del otro traen consigo ciertas preocupaciones, asunto que no es nuevo para la humanidad. Los discípulos de Jesús también se inquietaron con respecto a las señales de los tiempos finales (Mateo 24.3 y 36). Jesús les estaba anticipando sobre las dificultades que se avecinaban pero al mismo tiempo le dio grandes promesas para sostenerse en medio de cualquier tiempo en la vida (Juan 16.33) Más aun, Jesús les advirtió sobre falsos profetas que intentarían indicar fechas o señales del fin. Para ello, Jesús les dijo que no escucharan a los tales (Lucas 21.8). El discernimiento espiritual sigue siendo un don necesario en nuestros tiempos.  Cada década, cada tiempo, trae consigo algún grado de incertidumbre y debemos estar alertas ante quienes a expensas de esa inquietud engañan y pretenden infundir miedo.

Lo que pueda traer este nuevo año no es desconocido para nuestro Dios, por el contrario, está bajo su soberanía. Es menester tener nuestra vida alineada con Su voluntad para que, indistinto a las circunstancias que son desafiantes, confiemos plenamente en Su perfecto y amoroso plan. Así que ni el Y2K, o el fin anticipado por el calendario Maya en el 2012, ni ninguna otra cosa, puede apartarnos del amor de Dios (Romanos 8.32).

Para concluir esta reflexión breve, valdría la pena repasar la letra de una canción de Marcos Vidal llamada El milagro:

He aprendido la lección del amor divino,
que me transformó, cruzándose en mi camino,
y que dio a mi vida entera otro sentido,
otra meta y otro fin;
yo no sé lo que traerá para mí el mañana,
pero sé que nunca se apagará su llama,
salga el sol por donde quiera, Él me ama,
sé lo que es la gracia y el perdón,
su misericordia es mi canción.

Cántico: El milagro de Marcos Vidal

Oración

Señor y Dios de cada instante de la vida, enséñanos a confiar en Tu promesa de estar con nosotros todos los días de la vida.

Oportunidad de la semana

Reúna a su familia y den lectura a Romanos 8.28-39. Cada miembro identifique alguna inquietud sobre su futuro, luego identifiquen cada promesa en esa porción bíblica. Durante la semana, tengan momentos de oración afirmando la promesa de Su presencia.