Contumacia
31 de agosto de 2017
«Sin embargo, el Señor les envió profetas para hacer que se volvieran a él. Pero la gente no hizo caso a las amonestaciones de los profetas». 2 Crónicas 24.19 DHH
Contumacia es una palabra poco verbalizada. Significa tenacidad y dureza en mantener un error a pesar de saber que se está actuando incorrectamente.
Cuando escribo, se habla del arresto de un exsecretario del gabinete de gobierno, junto a otras personas, por acciones concertadas para cometer fraude con dinero gubernamental. Al ver estos actos, decimos, ¿otra vez?
Lamentablemente se comprueba el refrán: “nadie escarmienta por cabeza ajena”. Habría sabiduría en revertir ese postulado puertorriqueño.
El final de los años de Josafat fue muy distinto a su previo buen proceder. Escuchó el consejo falso y adulador de sus pares y olvidó la enseñanza de Dios por boca del sacerdote que le acompañó y guio por muchos años. Se volvió contumaz.
Errar por ignorancia es muy distinto a fallar porque obstinadamente se insiste en el mal comportamiento. La consecuencia de la obstinación a la maldad es la ruina humana y espiritual.
Educamos a nuestros hijos para que sepan distinguir lo correcto de lo incorrecto. Cuando alguno de ellos insiste en algún mal proceder, sufre y sufrimos.
Los cristianos del siglo 21 tenemos la ventaja de leer y analizar las acciones equivocadas de Israel y de Judá. La lectura y estudio debe provocar en nosotros el vivir una vida en obediencia a los preceptos del Padre amante.
Apropiándonos de Su hermosa Palabra y disfrutando de la compañía del Espíritu Santo, que nos guía a toda verdad, viviremos en obediencia. Los beneficios son provechosos para esta vida y para la venidera.
Oración
Gracias Padre que Te revelaste a nosotros a través de Tu Hijo y Su testimonio está en Tu bendita Palabra. Ella es referente de vida cincelada en nuestra mente. Amén.